Bajo esta premisa Sláine, junto a su inseparable, cual lapa (y casi igual de molesto), bufón enano Ukko, se dispone a convertirse en el próximo Dios Cornudo, consorte de "la Diosa", y pacificador del mundo. Para ello debe reunir cuatro objetos míticos de las divinidades celtas, de los que ya posee uno, el Caldero de sangre, capaz de trasportarte al mundo de los Dioses y resucitar a los muertos como no-vivos.
El dibujo es bastante irregular hay escenas que rozán la majestuosidad, mientras que otras son algo mediocres, algo típico en Bisley, aunque me resulta mas espectacular que posteriormente en Juez Dredd. El desarrollo de la trama es el punto oscuro de la obra ya que es bastante confusa y cuando parece que va a llegar al climax pega el bajón, sobre todo al final, cuando esperas algo que nunca llega a suceder. No llegando a poder ni compararse con comics de igual corte como el afamado Conan.
Son varias las referencias o alusiones, mencionan a Crom como un gigantesco gusano, probablemente procedente de alguna mitología; Elric como un viajero entre los Worlds … tratamos con una mezcla de muchas leyendas reales o inventadas.
La crueldad es el centro neurálgico de cada capítulo y Sláine parece ser el único que no la acepta e intenta combatirla, bueno, solo en ocasiones, la mayoría de las veces acaba dejándose llevar. Como ejemplo una costumbre legendaria e histórica en el clan que reina el propio Sláine (se supone que los buenos) que es antes de cada batalla ejecutar al que llega el último, y este encima muere orgulloso y todo … que gracioso el rollo. Claro está, hasta que le toca a Niamh la exnovia despechada del Héroe y este decide abolir tal ley por ser una barbaridad, si es que …
En fin, lectura recomendada que no imprescindible, algo confusa como decía pero que se disfruta por algunos de los dibujos de Bisley, y si te gusta el genero "heróico", la espada y brujería, las matanzas indiscriminadas, las cabezas cercenadas y miembros amputados disfrutarás el doble.
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